Los requisitos de la industria del automóvil han cambiado drásticamente: entornos más corrosivos (sales de deshielo con aditivos cáusticos), ciclos térmicos agresivos –de −40 °C a +120 °C en cuestión de minutos– y cargas mecánicas cada vez mayores en vehículos más ligeros. Para responder a esa ecuación sin sobredimensionar los componentes, Autocromes ha incorporado el recubrimiento de aleación zinc-níquel (Zn-Ni) a su cartera de procesos electroquímicos. Con un contenido de 12 % – 15 % de níquel, este acabado supera con creces la protección de un galvanizado convencional y evita el uso de pasivados con cromo hexavalente, cumpliendo la normativa global sobre sustancias restringidas.
El recubrimiento de zinc puro protege por sacrificio, pero su potencial electroquímico es muy negativo respecto al acero y se consume con rapidez bajo niebla salina o en contacto con sales de calcio y magnesio. Al introducir níquel en la fase γ (gamma), el recubrimiento Zn-Ni:
El resultado: tornillería, bridas o carcasas con una fase de mantenimiento mucho más extensa y menos riesgo de agarrotamiento en líneas de montaje.
La línea está diseñada para una producción flexible que va de pequeños pernos a bastidores de transmisión:
Todo el ciclo está monitorizado con dosificadores automáticos de ZnCl₂ y NiCl₂, registro de corriente efectiva y agitación mecánica para evitar gradientes iónicos.
En ensayos comparativos ASTM B117, una capa de 8 µm de Zn-Ni supera a una de 12 µm de zinc puro: 1 200 h sin corrosión roja frente a 240 h. Quiere decir que las garantías de cinco años en zonas salinas son factibles sin sobreespesores ni top-coats adicionales.
Las juntas de motor reciben ciclos de −40 °C hasta +140 °C. El coeficiente de dilatación del Zn-Ni se aproxima más al del acero que el zinc puro; la capa no craquea ni se abomba, evitando corrosión subcutánea.
Los tornillos tratados con Zn-Ni pasivado y sellado pueden lubricarse con aceites de montaje sin degradarse. El par se mantiene y la remontabilidad es alta, algo vital para mantenimiento postventa.
La aleación y el pasivado trivalente están exentos de Cr⁶⁺ y cadmio; cumplen REACH, RoHS y la instrucción francesa ARRÊT 2020-256 sobre residuos peligrosos.
Cada referencia se integra en la trazabilidad MES de fábrica: código rápido, lote químico, curva de amperaje y control de densidad.
¿Se puede aplicar pintura sobre Zn-Ni?
Sí, pero solo después de un sellador específico o imprimación epoxi. De lo contrario, la adherencia puede ser irregular.
¿El proceso afecta a piezas templadas?
La línea de Autocromes trabaja a < 60 °C; no hay riesgo de fragilización por hidrógeno si se aplica deshidrogenado posterior.
¿Es posible seleccionar zonas sin recubrimiento?
Se aplican enmascarados con lacas pelables o tapones de silicona para alojamientos de gran precisión.
Autocromes colabora con proveedores de química para incorporar aditivos cobalto-free y un pasivado sellante que incorpora nano-cerámicas, mejorando la resistencia química sin aumentar el espesor. Estas mejoras están en fase piloto y prometen elevar la niebla salina a 1 500 h en 2024.
La aleación zinc-níquel representa un salto cualitativo frente al galvanizado convencional cuando se trata de proteger piezas automotrices sometidas a las peores condiciones ambientales y térmicas. Gracias a su menor tasa de disolución, su excelente adherencia y su compatibilidad con normativas medioambientales, las piezas recubiertas por Autocromes ofrecen ciclos de vida más largos y menor coste de mantenimiento, reforzando la competitividad de sus clientes del sector del automóvil.
Para integrar Zn-Ni en tu cadena de suministro —con controles de espesor, ratio y pasivado certificados— contacta con el equipo técnico de Autocromes; evaluaremos tu geometría, tus exigencias de par y tu perfil de corrosión para entregar una solución lista para ensamblar.